Todavía en mi mente están los recuerdos del tocadiscos de mi abuela materna. Cuantas fiestas fueron animadas en el ocaso de los noventa con tan formidable reproductor de música. En mis manos estuvieron muchos discos de vinilo, cuestión que el desarrollo y la tecnología han sedimentado en el pasado. Eso creía yo, hasta que pude asistir en la Feria Cubadisco, a la presentación del CD “Cubafonia», de Dayme Arocena, la cual mostró un disco de vinilo de color azul, en la cual se había grabado todos los temas de este álbum musical. Sabiendo así que en la actualidad todavía se producen estos tipos de discos a costos elevadísimos.
Hace poco tuve el placer de conocer a Rafael de los Vinilos( así es como se nombra en Facebook ) y ver sus diferentes publicaciones y comentario sobre está pasión de coleccionar discos de acetato. Otra cuestión es ver dentro del recién concluido Festival de la Trova, la cuarta exposición de la colección personal de Omar López, conservador de la ciudad, de discos de vinilo dedicado al dúo “Los Compadres ”. Todas estas experiencia unida al tocadiscos moderno que hay en unas de las salas del Museo de la Música “Pablo Hernández Balaguer», me han hecho recordar esas noches de músicas y diversión con el tocadiscos de mi abuela. Esto me impulsa a crear un Club de discos de acetato en la escuela donde laboro y promocionar las diferentes exposiciones de Omar López, que son un verdadero culto al pasado musical de Cuba que debemos conocer y reverenciar.
