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El libro para Sapos y Chivos

Una de las experiencias más interesantes que se pueden tener con respecto a la cultura popular tradicional en Cuba, son las Parrandas del Centro del País. Surgidas como una celebración con fines religiosos en la otrora Villa de San Juan de los Remedios, se fue expandiendo por todo esa geografía hasta llegar a nuestros días, como una de las obras del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, declarada por la UNESCO en el 2018. Muchas han sido en los últimos años las iniciativas que se han realizado por la visualización nacional de esta importante tradición cubana, donde destaca el programa Parrandeando del canal Educativo dos.
Una de las Parrandas de mayor arraigo y más longevas son las celebradas en el territorio villaclareño de Camajuaní. Las parrandas camajuanenses son testigos de una imborrable huella de tradición e historia, dejada a través del tiempo en sus calles y en su pueblo. La parranda camajuanense es un desprendimiento muy fructífero de las parrandas remedianas. que llegó movida por asentados en esta tierra de valles fértiles unidos a otros naturales que veían en ellas la posibilidad de sacar negocios a un fenómeno de masas. Así, después de tres o cuatro años de pruebas y organización, el 6 de Enero de 1894 realizan las primeras parrandas en el municipio. Dos barrios, uno en la loma (Chivos) y otro en los bajos cerca de la cañada (Sapos) pasean sus carrozas en una «lucha» fraternal que se enraizará hasta los días de hoy.
Y sobre esta importante tradición el escritor Alejandro Batista López, ha realizado un libro de testimonio titulado “Camajuaní Parrandero», en sus 256 páginas se pueden comprender la naturaleza y arraigo popular de esta Parrandas con sus habitantes. Los trabajos de Plaza, el Origen de los cabezones, la artesanía popular y los diseños de carrozas y vestuarios se puede entender su sentido, en dichas celebraciones por el coherente tratamiento de los testimoniantes que tienen en cada página de este libro. Reconocer que este texto es una excelente fuente de consulta porque recoge el conocimiento y las experiencias de sus portadores principales, hombres y mujeres de Camajuaní que a lo largo de muchos años han sabido mantener dicha tradición, pero con características propias y diferentes a las de Remedios.
Su autor Alejandro Batista, proveniente del barrio de los chivos, siendo un importante promotor y defensor de las Parrandas y las tradiciones de Villa Clara. Esto debido a que es hijo de Rene Batista Moreno, uno de los discípulos y amigos de Samuel Feijoó, y quien le pusiera el epíteto del “Doctor Manigua”. Su madre María López Martínez, una artesana y pintora popular que con su labor a engalanado muchas Parrandas, por tal motivo le fue merecedora del Premio Memoria Viva, que entrega el Centro Nacional de Casa de Cultura y el de Investigación Cultural “Juan Marinello». Por lo que no podemos decir que el libro “Camajuaní Parrandero”, es obra de casualidad, ni del interés aislado de un hombre. Sino la pasión investigativa de un portador de la cultura popular, que quiso recopilar estos testimonios para las futuras generaciones de parranderos e interesados.
Otro valor que tiene este libro es la riqueza que aportan sus imágenes como el más valioso testimonio gráfico del quehacer diario de los que hacen y viven las Parrandas. Y digo quehacer diario, porque aunque las Parrandas se celebran un solo día, los que están encargados de su realización, la piensan y la ejecutan todo el año. También hay que señalar que Alejandro Batista, no dejó ningún detalle suelto, todos los elementos que se conciben para estas fiestas están bien reflejados por sus hacedores. En ello destacó los capítulos La guerra publicitaria, más de un siglo de ingenio popular; Antonio Cabrera Reyes, constructor de cabezones; El arte de la pirotecnia y Las comparsas y sus grupos callejeros. Además de homenajear a las figuras más destacadas donde resaltan muchos hombres y mujeres pero es en las páginas dedicas a Antonio Cabrera Reyes y Roberto Prieto González, es donde se puede sentir con mayor hondura este reconocimiento.
Cada 19 de marzo día de San José y patrón del barrio de los sapos se puede disfrutar de las Parrandas de Camajuaní. Siempre teniendo en cuenta la rivalidad que vivirán los chivos amparado por Santa Teresa y que recorre los barrios de este pueblo de Villa Clara con sus emociones y alegrías. Libros como estos, son dignos de respeto y las más profundas admiración porque permiten que las esencia de la nación cubana sigan vivas a través de la investigación y la literatura. Felicitar a su autor por tan excelente libro y lo sigo alentando a esta promoción de nuestra cultura popular tradicional como plena defensa de los valores y memoria de Cuba.
Yasmani Castro Caballero

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