El quinquenio Gris es uno de los períodos más oscuros de la cultura artística literaria en Revolución. Este es un término que inicialmente utiliza el intelectual cubano Ambrosio Fornet para referirse al contexto cultural entre los años 1971- 1975 de la Cultura Cubana, donde existió una desviación de la política cultural de la Revolución cubana que se rectificará en 1976 con la creación del Ministerio de Cultura y la designación de Armando Hart Dávalos como Ministro.
Este periodo a dejado una profunda herida en muchos creadores de Cuba que sufrieron parte de las atrocidades y atropellos perpetrados por funcionarios como Luis Pavón, José Serguera y Armando Quesada. Algunos de las errores que se cometieron fueron La censura y la autocensura comienzan a ser actitudes frecuentes en los medios culturales donde se hacen lecturas superficiales y simplistas de libros que indagan en los dramas personales dentro de la epopeya, como fueron los casos de los libros: “Condenados de Condado”, de Norberto Fuentes o Los Pasos en La Hierba”, de Eduardo Heras León.
Mientras tanto a nombre de “la pureza ideológica”, en Cuba resultaron marginados muchos escritores y artistas; escritores como: Lezama Lima y Virgilio Piñera, por su condición de homosexuales. A este proceso que fueron condenados muchos se le llamó “parametración». Ya que según los decisores culturales de este momento el arte debía convertirse en un arma que la Revolución, la cual debía reflejar sus logros y no sus derrotas. Tomando como patrón cultura “El real socialismo” una práctica estalinista bien difundida por todos los países socialistas.
Como reflejo de esta premisa cultura surgen obras como: Cuando la sangre se parece al fuego de Miguel Cofiño. El drama de esta novela nos habla de los patrones que debían cumplir las personas para ser aceptados dentro de la sociedad cubana revolucionaria. Según muchos criterios esta novela refleja el vuelo más alto del Real socialismo en Cuba. Lo complicado de esta corriente era que como no es una forma asumida por los creadores, sino impuesta por los burócratas y decisores culturales generó muchos malestares dentro del campo de la creación artística literaria. Además de frustrar muchos procesos creativos como la obra danzaría “El decálogo de la Apocalipsis” del maestro Ramiro Guerra, lo que suprimió a la cultura nacional de obras de gran calidad estética y vuelo artístico.
Muchos años pasaron y aunque muchas gente fueron restituida cuando Armando Hart, asumió el recién creado Ministerio de Cultura en el año 1976. Esta herida que se pensó cicatrizada se abrió de nuevo cuando principios de enero del 2007, poco después de que aparecieron en la Televisión Cubana los tres mencionados como si hubieran hecho aportaciones valiosas a la cultura cubana. A este hecho muchos escritores y artistas de la isla respondieron críticamente.
El debate empezó en Internet: correo electrónico, blogs y distintos foros, y culminó en una amplia reunión en la Casa de las Américas, institución emblemática de la cultura cubana. Sumando con un encuentro con jóvenes artistas e intelectuales en el ISA. Este encuentro en el cual estuvo presidido por la Dra. Graziella Pogolotti y Fernando Martínez Heredia, los cuales le explicaron a los jóvenes que habían sucedido en el Quinquenio Gris y el compromiso que tenía la Revolución para que aquellos sucesos no volvieran a ocurrir.
Es en esta idea que recae fundamentalmente la importancia de conocer los hechos ocurridos durante el Quinquenio Gris, que sirven para no volver a repetir dichos errores y en alguna medida atrocidades culturales las cuales laceraron en buena medida el desarrollo de la cultura cubana. En otro punto nos sirve para pensar cual es la cultura que queremos y que las malas decisiones aunque después se rectifiquen, siguen como heridas en los imaginarios sociales que influyen en las nuevas generaciones de artistas e intelectuales.
Entre las principales lecciones que nos deja el Quinquenio Gris está la importancia del diálogo con los creadores. Que la censura y las discriminación por la orientación sexual no puede ser una vía para legitimar la cultura que se hace en tiempos de revolución. La verdad es siempre buena y esconder los errores del pasado es más dañino que enfrentar los problemas del presente, porque siempre serán como un cáncer que hará metástasis en cualquier momento.
La restauración de un modelo igual al Quinquenio Gris, se avivaron en el año 2017, durante los debates por la aplicación del Decreto Ley 349. Haber conocido profundamente los errores de ese período ayudó en buena medida a la revisión de dicha ley, la cual intentaba regular la cultura con vestigios del Quinquenio Gris, por eso siempre es bueno conocer cada detalle de la historia porque como muchas veces se dice <>. Todavía la política cultural cubana tiene muchos derroteros y permitir que el debate sincero y sin maniqueísmo florezca puede ayudar a robustecer nuestras esencia y espíritu cultural.